sábado, 3 de junio de 2017

Exámenes

¡Hola, amig@! Hoy quiero hacerte una pregunta que a lo mejor te parece un poco absurda, o quizá un tanto indiscreta: Tú... ¿quién eres? Sí, tal vez te has atrevido a responder en silencio, pero... ¿cómo lo sabes? En un mundo en el que no hubiera espejos, necesitarías de otro para saber si eres castaño, moreno o rubio. Si tus ojos son verdes o marrones... En el terreno de lo más abstracto, seguramente hayas recurrido a la opinión de otra persona para saber si eres trabajador o perezoso, brillante o de inteligencia limitada, sabio o ignorante, buen@ o mal@...

Muchas veces la vida nos ha puesto a prueba, o al menos nosotros hemos sentido como si de los resultados que podemos conseguir dependiera el ser o no ser, el valer o no valer... Exámenes, castings, audiciones, conciertos, entrevistas de trabajo, causar una buena impresión cuando vamos a conocer a alguien cuya opinión nos importa... Esto puede ser algo más o menos habitual y formar parte de una vida normal... La situación se puede torcer bastante cuando nos empezamos a fijar o incluso a obsesionar con las dificultades y solo vemos los obstáculos en lugar de las posibilidades. Y si nos limitáramos a ver solo aquellos obstáculos reales... Pero, ¿cuántas veces nos amargamos la vida con cosas que están en el límite de lo probable y lo ficticio? ¿No serán miedos, interpretaciones poco ajustadas de la realidad presente?  Aceptar lo vivido, incluso esos supuestos "fracasos", ayuda a guardar con paz y fortaleza en nuestro corazón los acontecimientos de nuestra vida, nos hace responsables de lo que depende de nosotros, nos libera de lo que no está en nuestras manos cambiar y nos ayuda a diferenciar lo uno de lo otro. Lo que aceptas, forma parte de ti y se convierte en tuyo. Lo que no digieres, te controla a ti... A veces lo que pensamos no tiene ni un porqué ajustado a lo razonable, ni mucho menos un para qué, es decir, un sentido práctico. Esforzarse por algo está bien... pero llenar tu vida de temores y ansiedad... ¿de verdad vale la pena sufrir tanto?


Preciosa canción para desahogarse cuando sientes que algo te cuesta...

En esas ocasiones, cuando el miedo acecha, sería bueno preguntarse: ¿A qué le tengo tanto miedo? ¿Qué es lo peor que me puede pasar...? Muchos de nuestros miedos tal vez se disiparían si pusiéramos cada cosa en su lugar, si le diéramos a las cuestiones de nuestro día a día la importancia que realmente tienen. Poco hay más importante en nuestra vida que la salud, que es al fin y al cabo la que nos permite compartir el tiempo con las personas que nos quieren y a las  que queremos. La vida que tenemos es la que vivimos. Y aún así, sabemos que algún día terminará, para nosotros y para los que amamos. Ante la certeza de la muerte, lo mejor son ganas de vivir y de aprovechar la vida.

Si tienes miedo a la prueba, piensa en lo bueno que puedes conseguir. Disfruta de la preparación, de lo que aprendes en el proceso y de lo que aprenderás cuando el momento clave llegue. Si es un tipo de reto para el que crees que ya tienes la aptitud y sobre todo la actitud y prefieres no darle más vueltas porque has llegado a la conclusión de que cuanto menos pienses en ello será mejor, no te queda más remedio que confiar en tu capacidad de resistencia y en los factores de protección que tengas a tu favor. A veces la buena suerte también puede estar contigo, aunque no todo dependa de ello, pues las personas siempre tenemos un margen de libertad para tomar decisiones, los demás y también tú, pues la libertad (en mayor o menor medida) es para todos. Si eliges poner el corazón y sacar fuerzas del amor, al menos tendrás la conciencia tranquila de haber hecho las cosas con la mejor de las intenciones.


Canción ideal para asumir y enfrentar la cuesta arriba...

Cree en tu talento e invierte en él. Es la mejor forma de hacerlo crecer. Cuando te fijas más en las posibilidades y menos en los obstáculos, todo cambia y cumples con tus objetivos con mayor seguridad. Hay mucha luz dentro de ti deseando salir. Que tu luz no se apague por el desánimo, por la falta de confianza en tu valor. Sí, es cierto que tienes mucho que aprender, pero también mucho que dar. Tu tienes tu sabor, tu huella, tu luz y esa no se ha encendido para que la escondas, sino para que la muestres, para brillar y para iluminar, como el sol y las verdaderas estrellas, que guían, calientan y dan energía y vida al mundo.

Deseo que salgas reforzad@ de todos tus exámenes, académicos, profesionales o retos vitales a los que te enfrentes y que como el oro tras fundirse en el crisol ardiente, te renueves al pasar por el fuego de la prueba. Lo que es más, que después de todo, sepas responder a una de las preguntas más importantes, ¿quién eres?

Solo tú puedes dar esa respuesta, pero tal vez el principio sea algo así como: Yo soy una persona única y no hay nadie como yo... A este respecto no cabe evaluación alguna. Evaluarse globalmente es imposible. Siempre eres y seras una PERSONA. 

Gracias, como siempre por abrirme tu corazón y prestarme un poco de tu tiempo. Y gracias también por estar ahí cuando yo abro el mío y te hago partícipe de lo que yo también llevo dentro.

Pase lo que pase, nunca dejes de cantarle a la vida...



 Evaristo ÐGabriel