domingo, 2 de febrero de 2020

Un poco más de luz ...

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¡Hola! ¿Cómo estáis? Aunque últimamente ando un poco ajetreado, no me había olvidado de todos los que dedicáis unos segundos de vuestro precioso tiempo a pensar, a escuchar y sobre todo a sentir conmigo cómo la música puede despertar en nosotros la fuerza que a veces parece quedar congelada entre algunas capas de prisa, estrés o rutina. Sé que el tiempo es oro y no os voy a a entretener mucho. Solamente quería saludaros y desearos un buen día, lleno de la luz que todos podemos encontrar en nuestro interior, esa luz que brilla en los momentos de alegría y diversión; también esa luz que busca más iluminar que brillar, cuando vivimos en medio de luchas, conflictos o dificultades.


Poco a poco, los días van ganando horas de luz; da la sensación de que las horas dan un poco más de sí y nos animamos a hacer más cosas, sobre todo si estas actividades son fuera de casa. La luz crea un ambiente más alegre aunque a veces también hay nubarrones que hacen más difícil percibir los primeros y los últimos rayos de sol. A veces nosotros también parecemos llevar en nuestro interior algo así como nuestro propio clima o estación del año, nuestras luces y sombras, subidas y bajadas de ánimo que pueden influir y afectar en nuestros quehaceres y desempeños cotidianos. ¿Cómo ajustar nuestra luz interior para no ser como una vela que se apaga a merced de los cambios de viento o un globo de emociones que se infla y se deshincha según la variabilidad de los acontecimientos?

Todo el mundo requiere de un poco de inspiración para mantenerse a flote, con estabilidad en medio de los periodos de calma y tempestad,  de triunfo, rutina o fracaso que se pueden dar en la trayectoria de cualquiera. En esos momentos, solemos recurrir a algo o alguien que nos aporte seguridad y que sea refugio y remanso de paz. En esos momentos, ¿a dónde o a quién miras tú?


Pasar por momentos "nublados" no tiene porqué sorprendernos. Es parte de una vida normal. El mundo en el que nacimos no era ni es perfecto, ni nosotros ni nuestra forma de hacer las cosas tampoco y no parece probable que eso pueda cambiar; está en nuestra naturaleza equivocarnos o hacer las cosas razonablemente bien, pero nunca perfectamente. ¿Quién no ha perdido alguna vez a algún juego o en algún deporte? ¿O ha sacado peor nota que otras veces? ¿O no ha sido elegido para formar parte del equipo deseado para jugar o para trabajar? ¿Quién no se ha sentido un poco solo u olvidado alguna vez? ¿Quién no ha tenido miedo alguna vez a la precariedad, a la indefensión, a la enfermedad, a la traición, a los fantasmas del pasado,  a los malos tiempos, a la oscuridad, exterior o interior ?




Querer triunfar  es normal. A todo el mundo nos gusta que nos salgan bien las cosas, pero convertir un deseo o una preferencia en exigencia o en ley no nos lleva a ningún sitio ni a ninguna situación que valga la pena vivir. Nuestra historia está hecha de piezas que vamos encajando poco a poco, a veces sin la suficiente firmeza y en ocasiones esas piezas se parecen más a un jarrón roto remendado que a un puzzle o rompecabezas bien organizado. Tenemos cicatrices, no siempre cumplimos nuestros objetivos, ni somos los mejores (aunque esa posición siempre sería pasajera...) y sentimos miedo al fracaso cada vez que nos retamos a dar un paso más. No por eso hay que rendirse, es bueno tener cierta disciplina, pero también paciencia, constancia y confianza en que muchas veces todo pasa cuando tiene que pasar y siempre por una buena razón, pues lo pensemos o no, todo tiene su lado bueno, dentro del supuesto azar, casualidad, suerte, providencia del destino o plan que parece guiar el curso de nuestras vidas...



Bonnie Tyler, cuya  inconfundible voz rasgada es producto de una operación para extirparle unos nódulos de sus cuerdas vocales, confesó haber superado su timidez gracias a esta canción, TOTAL ECLIPSE OF THE HEART.



No hay porqué convertir un deseo frustrado en depresión o culpabilidad hacia nadie. En el el escenario de la vida, a veces nos toca cantar melodías agridulces que tratan de convertir en belleza y amor momentos de dificultad, injusticia y opresión.


La poesía y la música, hermanadas una vez más en esta dulce-triste canción de cuna.


También hay momentos en los que tienes ante ti un repertorio de canciones alegres y llenas de energía cuando acaban de ocurrir hechos trágicos y la tristeza interior y exterior te ponen al límite de tus fuerzas y no sabes cómo arrojar un poco de luz en estos momentos en el que el desánimo amenaza con nublar un ambiente que se presuponía festivo y que no queda más remedio que convertir en homenaje y reconocimiento al lado bueno de las cosas ya pasadas o de las personas ahora ausentes...



Para todos aquellos a los que este momento del mes se os pueda estar haciendo un poco cuesta arriba, para los que pasáis un momento especial por vuestra tarea, situación o la de algún ser querido, os deseo toda la luz del amor que sigue creciendo a pesar de todo en este complejo mundo. Que brilléis y sobre todo que iluminéis, como cuando brilla el sol o las estrellas, para proteger y darle vida a este mundo.




Brilla e ilumina con la luz de tu corazón, esta es gratis...


No temas a brillar, porque la luz está para iluminar, no para apagarse ni esconderse por miedo. Además no siempre depende todo de ti, puedes elegir dejarte acompañar y enseñar y dejar pasar la luz que otros te ofrecen para que esta se refleje en momentos obscuros, como hace la luna al reflejar la luz del sol aunque sea de noche, o como las lejanas estrellas que forman caminos de luz en el firmamento y dibujan constelaciones, uniendo sus luces en la distancia. ¡¡No estás sol@!!  Y recuerda que siempre hay un buen motivo por el que seguir sintiendo, agradeciendo y caminando en esta vida, que no transcurre sin alguna crisis, renuncia o pérdida, pero que también nos deja siempre algo a cambio.  ¡Nunca dejes de cantarle a la vida!





Evaristo ÐGabriel