Evaristo DGabriel

domingo, 10 de marzo de 2024

Crónicas de Pandemia IV - Igual, igual...




Igual, igual ...😕😕



He aquí otro recuerdo de mi blog, éste de principios de 2021, adaptado al formato de blog con el que me siento más cómodo para expresarme y que por diversas circunstancias tuve que dejar de usar en aquel momento; lo rescato ahora para poder dar continuidad a una lista sucesiva con  todas las entradas de forma agrupada que facilite el acceso rápido al total de ellas.

Hola amigos! ¿Cómo estáis? Deseo que os encontréis bien, dentro de los altibajos que las circunstancias de estos tiempos nos traen y que afectan a veces al día a día de cualquier persona, cualquiera como yo que también he tenido que atender a ciertas emergencias que han demandado de mí  tiempo y energía considerables y que no me han permitido seguir mis planes tal y como los había trazado, incluyendo mi humilde contribución en este blog de música y emociones, que intento ofrecer al menos una vez al mes y que en estos últimos meses ha sido tan irregular como la montaña rusa  existencial que todos hemos tenido que arrostrar desde que, prácticamente hace un año, empezaron a saltar las alarmas de lo que se nos venía encima con el brote -epidemia- pandemia de esta especie de plaga maldita en la que se ha convertido el coronavirus Covid-19 con sus distintas cepas y mutaciones...

 

Ante estas dificultades cada uno hacemos lo que creemos que podemos hacer, en general... porque a veces la implicación de algunos es nula o inexistente. A pesar de las decepciones y de mis momentos de rebeldía e indignación, al final siempre he llegado a la conclusión de que la energía más poderosa de este mundo es el amor que ponemos en lo que hacemos y quiero seguir pensando así... porque ese amor que otros pueden llamar devoción, entrega, vocación, empatía, estima o respeto es una cualidad humana que impregna de belleza los jardines, las pinturas, esculturas, edificios, poesías, canciones, recetas culinarias, métodos de enseñanza o cualquier otra cosa que queramos hacer con cierto grado de maestría y cuidado... sin cariño, lo que realizamos pierde sabor y luz, pierde sentido, porque somos personas cuyas acciones acaban dejando huella en la vida de otras personas iguales en dignidad a nosotros, iguales también en fragilidad, algo que recordamos especialmente cuando tienen lugar catástrofes o grandes males comunes... Todos venimos al mundo de la misma manera y todos nos iremos igual...

 

 


 



 

  Somos seres gregarios que salimos adelante en grupo como sociedad... o directamente no salimos. Nuestras acciones pueden ejercer un efecto muy positivo en otras personas y otros seres, pero también, llegados al extremo de la estupidez, de la intolerancia, de la desidia, de la corrupción o directamente de las ganas de hacer daño a otros, podemos ser la causa de nuestra propia ruina y de la caída de nuestra civilización. Sin valores y sin ideales, sin ese amor a la humanidad, se pueden llegar a cometer verdaderas barbaridades, cuando nos olvidamos de que todos los seres humanos, piensen lo que piensen, crean en lo que crean, vengan de donde vengan, posean lo que posean o tengan la edad que tengan... son personas como nosotros, valen tanto como nosotros y no son bichos que aplastar, ni paja que quemar, ni basura que tirar, ni trastos que desguazar, ni dianas contra las que disparar.

 


 


 Hablar de valores e ideales ¿es poco importante? Yo creo que todos necesitamos de un tiempo para darnos cuenta de lo importante que es saber qué es lo que guardamos dentro y de saber qué queremos hacer con nuestras decisiones, pues corregirse a tiempo es algo necesario para mejorar la calidad de nuestras vidas, ya que tanto el ambiente como nuestros hábitos negativos podrían llevarnos en último término a perder el norte y a descentrarnos de lo realmente importante en nuestra vida. Quien piense que la ética no es algo prioritario para una vida HUMANA, debería dejar aparcada cualquier carrera profesional relacionada con la política, con la enseñanza, con la medicina, con la religión, en definitiva con cualquier tarea que pueda suponer cuidar de los otros. Al menos hasta caer en la cuenta de que tener resueltos o en vías de solución nuestros "temas pendientes" es fundamental para poder ofrecer la mejor versión de nosotros mismos a un mundo que a veces nos pide, más que limosna, un verdadero regalo de aquello que quizá no nos sobra en momentos en los que dar esa paz y ese amor cuando escasea afuera se convierte en una tarea complicada, que requiere de mucho corazón y también de cierta estrategia y formación, tarea que también requiere de cuidar al que cuida... ¿Te acuerdas de los aplausos a las 8...?

 

 


 

En este mundo y en este país, sin ir más lejos, hay muchos que en su día iniciaron sus estudios y proyectos profesionales con la ilusión y las ganas de ofrecer lo mejor de sí, pero que se encuentran con que faltan medios y recursos para dar una atención de calidad; esto puede llegar a ser muy duro cuando las responsabilidades de unos y de otros afectan al bienestar psicológico y físico de una persona o colectivo de personas, más concretamente, cuando la escasez de personal o de material puede repercutir en la salud y en la vida de otros. Toda mi solidaridad con todos los servidores públicos esenciales que se han visto y aún hoy se ven cercados por el peligro del contagio, por el miedo a contagiar a sus seres queridos, por la precariedad y la falta de medios materiales y personales... Mucho ánimo a los médicos, enfermeros y demás personal sanitario, ánimo a profesores y maestros, ánimo a los trabajadores de las residencias de mayores, personas con discapacidad, personas sin hogar, policía, bomberos, personal de mantenimiento y limpieza de nuestras calles, parques y jardines, transportistas, repartidores, suministradores y vendedores de productos y servicios básicos, etc... Ojalá la sociedad siempre sepa valorar las dificultades a las que os enfrentáis cada día.

 

 

¿Sería mucho pedir que los que tienen responsabilidades a la hora de suplir de medios para prevenir y para corregir los problemas que nos afectan a todos, pudieran recuperar la ilusión por dar un servicio público, poner los pies en el suelo e interesarse por apoyar y ayudar a crecer el talento de nuestra sociedad: médicos, profesores, investigadores científicos, educadores sociales, cooperantes, artistas, etc...? ¿Es muy ingenuo pretender que los más altos servidores públicos nos vuelvan a motivar, y de alguna forma, nos vuelvan a inspirar y a enamorar?

 

 

Pero a veces no parece ser suficiente pedir... los poderosos cobran a precio de oro la luz y el gas con el que las personas se tienen que calentar justo cuando más frío hace, las grandes compañías farmacéuticas suscitan dudas y sospechas a la hora de honrar el compromiso del reparto de las vacunas incluso entre los países más desarrollados y los políticos... ¡¡ay los políticos que aprovechan cada segundo para hacer postureo y ponerse medallitas, autoproclamarse superiores mientras desprecian al resto y se declaran incompetentes para trabajar en equipo hasta por asuntos en los que nos va la vida...!! A veces queremos tener la esperanza de que esta vez sí, que cumplirán sus promesas, que bajarán a la arena y se mojarán... pero justo en el último momento saltan el charco y siempre se nos queda cara de bobos sin serlo, porque una vez más nos hemos quedado sin la solución definitiva cuando  creíamos estar más cerca de lograrlo; esa débil seguridad se nos cae a los pies y estamos a punto de derrumbarnos... o casi... 😞

 

 

 Casi nunca dejo entrever en redes sociales donde vivo exactamente, ni qué estoy haciendo en el momento preciso de publicar... ni pretendo significarme haciendo un discurso ideológico o político... hoy por hoy, ese no es mi punto ni mi papel en la vida. Yo suelo preferir ser una pequeña llama antes que un incendio o una leve brisa antes que un huracán. Vaya por delante que no pretendo meterme con nadie... a menos que la situación clame al cielo. Si apelo al poder de la palabra en este día es porque existen en este mundo personas que por desgracia no tienen apenas voz para hacerse visibles. Más cerca de lo que pensamos. Quizá en el mismo corazón de este país, aquí en Madrid, en la capital de España.  Se ha hablado bastante, no sé si lo suficiente, sobre la discriminación y el maltrato por diferencia de raza o de religión,  acerca del desamparo que el año pasado sufrieron los mayores en las residencias, con quien me solidarizo completamente, y también de la pobreza y de la falta de accesibilidad a las vacunas en el Tercer Mundo. Lamentablemente, mirando un poco más cerca, podemos ver además que todavía aquí y en estos tiempos de enfermedad pandémica, existen colegios donde aún no hay enfermeros... eso si hablamos de nuestros niños.  Si eso hacemos con los que serán el futuro, ¿qué no haremos con los que muchos ya han dado por perdidos, los desahuciados de la sociedad, las personas sin hogar?

 

Para los usuarios de los centros de acogida para personas sin hogar y sus cuidadores afrontar una crisis sanitaria confiando en la protección de un estado al que se presupone garante de una serie de derechos y de los medios para hacerlos efectivos según la Constitución  suena muy bonito... casi, casi como a música en nuestros oídos...

 








 

 

Pero la realidad es que, si bien en un principio se intentó dotar de refuerzos de recursos personales y materiales a este tipo centros, los contratos expiraban, las desinfecciones preventivas se dejaban de efectuar y así las cosas el final del verano llegó,  a la par que terminaban los primeros contratos de personal de refuerzo... coincidiendo, con brotes afectando a usuarios y a profesionales infectados entre agosto y septiembre del 2020, con el hotel medicalizado para personas sin hogar cerrado durante semanas hasta poder tratar y aislar debidamente a los usuarios de albergues que  no cuentan con habitaciones ni duchas individuales, por lo que es imposible evitar  que los contagios se extiendan al resto de residentes que, meses más tarde desde la contención del primer brote, aumentaron en número bruscamente con la llegada de la borrasca Filomena, que ayudó a disminuir la distancia y a aumentar el riesgo de contagio. El segundo brote estaba más que cantado y  a mediados de enero del presente año 2021, el coronavirus, que no entiende de política, ni de falta de previsión ni de borrascas heladoras, quiso volver a estos albergues para ser un huésped más y sin mucha prisa por marcharse hasta la fecha presente... 

 

Como es evidente, las medidas que estaban justificadas en marzo del pasado año por la pandemia, siguen estándolo ahora porque el coronavirus que motivó su puesta en marcha sigue entre nosotros, pero, aunque, después de muchos días y muchos más contagios, algunos de los usuarios con casos positivos han podido ser trasladados a un pequeño hostal, el hotel medicalizado requerido vuelve a no estar disponible, en un momento del año cuya llegada todos temíamos y justo cuando se oye hablar de nuevas y más contagiosas cepas, como la británica. Cuando cualquiera de nosotros tenemos síntomas leves ya supone una situación bastante comprometida pasar el covid en casa, sobre todo cuando vivimos con otras personas y sobre todo si estas son de alto riesgo por su edad o patologías previas. Las personas sin hogar de estos albergues, donde viven un número considerable de usuarios, requieren de una supervisión especial y el dispositivo para que pasen el covid cuando se trata de síntomas leves implica la labor de profesionales que puedan atender sus necesidades de apoyo para adaptarse. Todo esto también suena a sentido común, casi no hace falta ni recordarlo, como los bellos artículos de nuestra Constitución de 1978, entre los que vienen a mi memoria los que hablan de derechos como los de igualdad, de petición, de salud, bienestar de la tercera edad, o de la tutela de los derechos mencionados por parte de los poderes públicos y del compromiso del Estado para hacerlos efectivos (Art. 9.2, Art 14., Art. 29, Art. 43, Art. 50, Art. 53, Art 54, etc...) y no dejar en el terreno de la ficción o de los cuentos de hadas asuntos que se supone rigen la forma de funcionar de todo un país civilizado y defensor de los Derechos Humanos.

 

 


 

 

Dicho esto... cuando la historia se vuelve a repetir y después de haber pasado ya por un primer brote, yo no me dejo de preguntar ¿por qué si todos somos iguales ante la ley no se dispone del dispositivo medicalizado para personas sin hogar listo a tiempo para contener el segundo brote mientras hay presidentes o presidentas autonómicas que se pueden permitir ir hasta a uno de lujo? ¿Dónde está el espacio de los grandes hospitales de campaña o el gran espacio de los hospitales de nueva creación para las personas con síntomas leves de coronavirus que no tienen hogar para aislarse o que conviven en una habitación o albergue con muchas más personas, al igual que tantos mayores de residencias no medicalizadas ni medicalizables ? ¿Por qué, si el virus no se ha erradicado,  meses después,  la Administración, en vez de prevenir, solo  vuelve a desinfectar cuando surge otro brote igual que el que reza a Santa Bárbara cuando truena? ¿Por qué aún no hay suficientes enfermeros y refuerzo de médicos en los hospitales, residencias de mayores y, en este caso concreto, en los recursos para personas sin hogar si la pandemia no ha terminado, para poder hacer algo tan común en cualquier institución de servicio público como tomar la temperatura diaria a todos o sustituir de forma suficiente a los profesionales contagiados para poder seguir dando con estabilidad una atención de calidad, hacer tests de antígenos y PCR en el momento preciso, etc...? Ya se sabe que más vale prevenir que curar,  pero como dicen en mi  pueblo siempre ha habido ricos y pobres, igual... igual... no somos tan iguales a los ojos de los que tienen que salvaguardar los derechos de estas personas sin hogar que, lejos de sentirse en igualdad de condiciones, se han vuelto invisibles para casi todos.

 

 

 ¿En qué momento pensaron nuestros dirigentes que la pandemia había acabado para dejar de actuar de forma decidida y decisiva? ¿En qué momento han podido llegar a la conclusión de que con ir a hacerse una foto en navidad es suficiente para conocer la realidad de las personas sin hogar? ¿En qué momento cargos públicos con competencias en materia de servicios sociales se han aislado hasta tal punto de la realidad del ciudadano de a pie que no perciben lo que está pasando en los dispositivos de la red de atención a personas sin hogar? No sé en qué momento puede una persona olvidarse de su verdadera vocación de servicio, quizá los asesores, el acomodamiento, el sueldo... en definitiva, el poder, anestesian de una forma misteriosa a las personas cuyas decisiones pueden hacer un gran bien a tiempo pero que lamentablemente casi siempre llegan tarde... si es que llegan... y si lo hacen suele ser con la situación desbordada  y ante la presión de la prensa, de las redes sociales, o de reclamaciones que apunten un poco más allá para mostrar a la luz su escaso interés y compromiso con los derechos fundamentales de estas personas, uno de ellos la igualdad a la hora de acceder a la salud como todos en teoría deberíamos poder hacer.  

 

Mientras la esperada solución termina de llegar... como ya se puede ver en algunas notas de prensa, se están dando condiciones penosas y peligrosas en los centros de acogida de la red de atención a personas sin hogar de Madrid. La situación es tensa y arriesgada en todos los sentidos de esta palaba y a los usuarios no se les puede pedir más, ni a sus cuidadores tampoco. Es frustrante para los trabajadores no poder dar un servicio de calidad... Llegados a este punto, lo que resta por hacer es visibilizar lo que se ha vuelto invisible, reclamando de todas las formas posibles... desde la preocupación, el respeto, la vocación, la devoción  y la estima, con el deseo sincero de que se produzca una necesaria reflexión que permita prevenir o al menos contener más eficientemente posibles futuros brotes en estos centros y en cualquier otra institución donde se trabaje con personas. Quiero seguir pensando, en este mes en el que tanto se hablará de amor, que la estima y el respeto, el coraje, la defensa y el apoyo que ofrecemos cada día a nuestros compañeros de trabajo y a las personas para las que trabajamos será el que traiga el remedio al clamor de un pueblo en el que malviven ancianos, personas sin hogar, personas bajo la amenaza de la pobreza cultural, económica y energética, pacientes con cáncer y otras enfermedades que no pueden ser bien atendidos a tiempo por un un sistema de sanidad flaco y extenuado y cualquiera que pueda ser vulnerable ante las amenazas de un mundo que se olvida del significado de la palabra dignidad . ¿Será eso posible?

 


 

 

Gracias por la paciencia y comprensión, sé que últimamente no os he dedicado el tiempo que me habría gustado y que la distancia y la tensión de la pandemia pueden hacerme parecer más serio o más distante, sobre todo por el miedo a ser portador de este enemigo invisible y  por el temor a contagiar a las personas con las que y para las que trabajo, y por supuesto también a  mis amigos y a mis seres queridos a los que tanto echo de menos y a los que intento alejar de un peligro que no escapa ya a los ojos de casi nadie...

 

 

Y a ti que echas en falta que quede contigo, que te salude más cariñosamente, que nos veamos más a menudo, espero que entiendas que mi forma de mostrarte mi cariño y mi respeto es manteniendo la distancia hasta que haya más garantías de salud pública para todos en todas partes.  No tengo abrazos para darte, no tengo sonrisa que puedas ver tras la mascarilla, pero todavía me queda la palabra para decirte que TE QUIERO, y que esta es mi forma de protegerte. 

 

 

 

También como artista puedo enviarte mis mejores deseos a través de letras de canciones como esta, que compuse hace tiempo para levantar el ánimo de alguien que atravesaba un momento complicado. Confío en que algún día podamos cantarla juntos para celebrar de nuevo la vida.

 


 

 

 

Se despide ya, con todo cariño, uno que... a ratos se dedica la música,  a veces cuida de las plantas, a ratos cuida de las personas... pero siempre y sobre todo, alguien que es humano como tú y humano como todos.

 

 

Evaristo ÐGabriel; 

 


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jueves, 7 de marzo de 2024

Lo normal...

 

Normal... -contesté cuando me preguntaron cómo estaba al poco de haber recibido una triste noticia, mientras sentía el calor en mi cara y la humedad en mis ojos.  Y es que todos, más tarde o más temprano, nos encontramos con el dolor.

 


Everybody hurts, R.E.M

A veces nos parece que determinados comportamientos no son apropiados o adecuados o simplemente se nos antojan difíciles de explicar, sobre todo si no los encuadramos en su contexto. Vemos la punta del iceberg, eso no requiere de un talento especial, pero ignoramos a menudo qué ha pasado para que una persona llegue a hundirse en una depresión o en transtornos psicológicos más complejos. 

Por supuesto que todos tenemos derecho a sentirnos de una determinada manera en cualquier momento. Lo que suele ocurrir es que la frecuencia de sucesos estresantes según la experiencia estudiada en el campo de la psicopatología es mucho mayor en aquellas personas que acaban desarrollando enfermedades mentales graves; es decir, que si una persona típica o comúnmente llamada "normal" sufre un trato degradante, una agresión, una separación, la muerte de un familiar cercano, la pérdida de un empleo, un accidente o viaje traumático, una enfermedad propia o de alguien importante para sí, etc... de cuando en cuando a lo largo de toda su vida, se calcula que las personas que llegan a desarrollar una patología mental grave han experimentado al menos 7 eventos traumáticos en un periodo de tiempo muy corto.  Aunque sea fácil decir que algo o alguien no está "normal" si supiéramos un poco más de su historia a lo mejor sí que nos parecería lógico que algunas personas, quizá más cada vez, se encuentren en un estado de deterioro psicológico considerable...

 


Quiero aprender, El Canto del Loco

Vivimos en una sociedad cada vez más individualista y aunque esto tiene sus ventajas también tiene muchos inconvenientes, sobre todo para los más vulnerables, diferentes o para los que simplemente no están acostumbrados a vivir de una determinada manera y encuentran dificultades para adaptarse a las rápidas transformaciones dentro una misma sociedad con sus cambios de modas, sus diferencias intergeneracionales entre jóvenes y mayores, diferentes modos de pensar y vivir dentro del mismo país o incluso de la misma ciudad y por supuesto los choques culturales  que padecen personas venidas de otras regiones del mundo con otras formas de vivir, de moverse, de sentir su espiritualidad o de explicar los fenómenos que ocurren en su vida cotidiana. La música también es a veces un reflejo del malestar emocional, de la inquietud, de la tristeza, de la rabia... pero también puede ser terapia y curación, o al menos un apoyo para expresar y desahogarse, para tranquilizarse o para animarse. De esto se hace eco muy frecuentemente este blog, que trata sobre temas diferentes pero casi siempre desde un enfoque musical, pues la música es el lenguaje del alma y es, entre otras muchísimas cosas, una herramienta para comunicar/se, para conocer/se y para despertar fuerzas insospechadas en nuestro interior y abrir sellos y resortes olvidados tal vez por lo que a veces malentendemos como madurar y que en ocasiones es un alejamiento y una desconexión de nuestra verdadera esencia, lo cual acaba repercutiendo en una falta de sensibilidad para saborear y disfrutar la vida, para saber sentirla en las buenas y en las malas. Este alejamiento de nuestra sensibilidad probablemente no es casual, quizá nuestra sociedad aparentemente transgresora pero curiosamente uniformadora, superficial, hiperproductiva y megarracional hasta el extremo no nos invita a la reflexión, ni a la apreciación de la riqueza de los diversos detalles, ni al conocimiento de nuestro interior y al disfrute de la música o de otras artes o disciplinas que no dejan de ser parte indispensable de nuestro "ser persona". Sí, claro que hay personas enfermas, tanto como las sociedades enfermas e insanas en las que tratan de vivir y relacionarse...

 


El Espejo, Sergio Contreras 

Afortunadamente, a pesar de la falta de profundidad, de cariño y de cuidado que a veces impregnan la atmósfera reinante, algunas canciones incluidas, todavía quedan personas que con su arte tocan el alma, sensibilizan, conciencian y van un poco más allá de lo que está en la superficie. Podemos encontrar la fuerza en letras y momentos que nos abran las puertas a cambios en nuestras sociedades, que quizá comiencen en un cambio en nuestros ambientes, ideas y actitudes. Algunas veces con lucha reivindicativa...

 


"This is me" tema de la película musical The greatest showman. 

Otras veces haciendo las paces, también con nosotr@s mism@s...

 


Siendo uno mismo, Manuel Carrasco. 

Y todo esto, ¿cómo se puede lograr? Pues ya lo dice el refrán que hay que sembrar para recoger... Invertir recursos, prevenir antes que curar... pero también es precisa la voluntad de invertir tiempo a nivel grupal e individual para invertir la situación. Todos necesitamos de nuestro rincón de la calma, de nuestro momento de conexión con nuestro interior, de nuestro saber identificar qué nos pasa, de disfrutar y valorar lo positivo pero también saber digerir y llorar, aunque sea de pie, lo negativo. Si la sociedad no reacciona desde arriba hasta abajo, o desde abajo hasta arriba..., si el tiempo o el dinero destinados a la investigación y a la medicina, al aumento de profesionales de la psicología en el ámbito de la sanidad pública, a los servicios sociales, a la cultura, a la educación, al arte, a la poesía, a la música... no nos parecen prioritarios ni importantes, entonces estamos queriendo que un coche de gasolina funcione con gasoil...

 

Human, Rag'n'bone 

 El ser humano tiene unas necesidades básicas de descanso, de espiritualidad, de introspección, de autoconocimiento, de autocuidado y de cuidado de las relaciones con el otro... que cuando no son resueltas adecuadamente sufre una disonancia y un malestar que acaba contaminando su ser y trascendiendo al resto de la sociedad. Si no sabemos parar, si no todo son prisas, rapidez e inmediatez, entonces quizá prefiramos vivir como máquinas en vez de como personas, pero lo que "es" es; nosotros somos personas y no volamos como los pájaros, ni respiramos bajo el agua... No podemos llevar una vida digna ni sana si no reparamos en como el hombre, quizá más en las sociedades llamadas a sí mismas modernas, se aleja cada vez más de lo que le hace humano. 

Termino ya por hoy este ratito de reflexión y descanso, de conectar con la fuerza interior que la música sabe pulsar y tocar también a través de nosotros... Existen muchos instrumentos, también nuestra voz puede serlo, pero lo que le da brillo y profundidad a todo arte está en el interior, en la emoción y el corazón que le ponemos, sino el sonido se quedaría frío, vacío... Si has llegado hasta aquí supongo que no consideras este momento como tiempo perdido, sino como algo normal en una vida humana normal. Ojalá cada vez más sepamos cuidarnos y cuidar, especialmente de aquellos que ahora parecen haber perdido los estribos de su vida, quizá por falta de los momentos, las palabras y las personas adecuadas para nutrir su mente y su alma de las actitudes más sanas. Te deseo la valentía del reconocimiento, la aceptación y de la búsqueda de ayuda siempre que lo necesites, pues  es tu derecho como miembro de algo más grande y más antiguo que tú y en eso consiste también vivir como persona en la sociedad a la que perteneces. 

El arte, la cultura, la música, nos recuerda que somos personas, que tenemos alma, corazón... y que podemos vivir y sentir intensamente.

 


Toc, Toc, de la Banda Sonora de la película Toc,toc, interpretada por Macaco

A pesar de las dificultades y cicatrices que todos tenemos, que tu locura sea sobre todo y en lo posible de amor y alegría y que nunca dejes de cantarle a la vida.

Evaristo ÐGabriel

 

Publicado por Evaristo DGabriel en 12:48 No hay comentarios:
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martes, 5 de marzo de 2024

Crónicas de pandemia III -Música saludable







Esta entrada del blogg supone la recuperación y reedición de una reflexión realizada en agosto del año 2020 en un formato al que yo me adapto más fácilmente para compartir mi experiencia con esta mi querida música que me ha acompañado en los diferentes momentos de mi vida; Este formato de blog, que tuve que abandonar por diversas circunstancias, ahora lo recupero de modo que sea más fácil dar continuidad a esta tarea que inicié a finales de 2016 y que, en el caso de esta entrada, es una humilde crónica de un tiempo que dejó una huella imborrable en la historia reciente del mundo; la cual quizá, llegado el tiempo adecuado, tengamos el coraje de volver a mirar y recordar para seguir aprendiendo... 

Nunca antes en mi vida me habían preguntado en tantas ocasiones por mi salud, ni me habían medido tantas veces la temperatura ni me habían hecho, claro está, pruebas de detección de virus para poder continuar trabajando. En medio de tanta alarma, nos damos cuenta de lo afortunados que somos mientras estamos sanos; esa frase tan manida de "éramos ricos y no lo sabíamos" resume muy bien los deseos y añoranzas de tiempos pasados en los que la salud y la libertad eran tesoros que quizá pasaban demasiado desapercibidos.



La salud se asocia rápidamente al ámbito de lo físico, aunque también es un estado de bienestar psíquico y social. Cuerpo-mente-ambiente son áreas de nuestra vida que están relacionadas entre sí, cuando una de ellas mejora afecta al bienestar de las otras; cuando la mente, el cuerpo, o el ambiente empeora también acaban apareciendo daños colaterales en el resto de estas áreas que están tan inter-conectadas. Y es que "hay veces que sin saberlo... con tristeza enfermamos el cuerpo..." como dice el comienzo de la letra de una de mis canciones. Está claro que la palabra salud va mucho más allá de la salud física, abarca también un nivel importante de bienestar emocional y social. Aunque no todas las enfermedades tienen su único origen en nuestro estado de ánimo, parece bastante asumido por la opinión general, que sensaciones permanentes de malestar como el estrés pueden favorecer la bajada de las defensas y un mayor deterioro y envejecimiento de nuestros tejidos, debido entre otras causas, a que las hormonas que se generan ante una situación interpretada como peligrosa destruyen y consumen nutrientes como las vitaminas, y si esto se prolonga en el tiempo puede llegar a ser perjudicial para nuestra salud. También sabemos que la ansiedad, la tristeza o la ira suelen provocar tensión y rigidez muscular, dolores, problemas gastrointestinales, etc ... Por eso es muy importante aprovechar a tiempo las señales que el cuerpo nos manda para fijarnos en aquello de nuestra situación y de nuestra actitud que requiere ser mejorado y también es muy importante ver el lado bueno de las cosas, con mensajes que nos alienten desde primera hora de la mañana, para empezar el día con buen pié. ¿Se te ocurre algún recurso donde encontrar esos mensajes? Con mayor o menor salud, hay un lenguaje que tu cuerpo sabrá entender, hables el idioma que hables; yo llevo media vida buscando ese tipo de melodía... y creo que hoy he encontrado unas cuantas, pero, ¿qué te voy a decir... que tú no sepas?


Existen muchas iniciativas, unas más anónimas y otras más conocidas, llevadas a cabo por artistas que suponen una inyección de solidaridad, de ánimo y de apoyo para personas enfermas y también para profesionales de la salud, cuya labor se ha mostrado especialmente esencial, como siempre lo ha sido y como nunca se ha visto, en muestras de reconocimiento público y en algún premio, aunque seguramente para las personas que han vivido en primera persona o en primera línea de batalla la lucha contra una enfermedad grave, la mejor recompensa sea, a nivel social, la dotación de mayores medios y recursos humanos, técnicos y materiales y, a nivel individual, el aprendizaje de buenos hábitos de prevención, auto-cuidado y buenas prácticas; en defensa de la salud de todos y respetuosas con el trabajo y sacrificio de los profesionales que protegen y salvan nuestras vidas, un esfuerzo que bajo ningún concepto deberíamos echar por tierra.



En cuanto a lo que podemos hacer a nivel personal, aparte de respetar y no poner en peligro la salud de los demás, está por supuesto cuidar bien de nuestro cuerpo. Ya conocerás ese proverbio milenario que usaban en la Antigüedad los romanos y que nosotros en castellano nos decimos a nosotros mismos, sobre todo a primeros de año: "Mente sana en cuerpo sano". Hacer ejercicio moderado te mantiene más ágil, favorece el aumento de tu capacidad pulmonar y resistencia al esfuerzo, a parte de ayudarte a eliminar toxinas a través del sudor. Si te cuesta motivarte para ponerte en forma, oír canciones con ritmo animado te puede ayudar a levantar peso, correr o al menos a caminar ligero. Las endorfinas que genera el deporte o el baile contribuirán a despejarte también mentalmente y ayudarte a encarar con más ánimo un examen o jornada de trabajo.  Sin ánimo de tocar temas complicados, la nutrición es un punto importante: la buena alimentación, sin excesos de determinados tipos de azúcares, grasas y algunas proteínas puede ayudarte a no generar sustancias que cuando se acumulan en el cuerpo, pueden llegar a ser nocivas para el tandem cuerpo-mente. En esto como en todo, cuanto menos procesada esté la comida que preparas mejor... siempre que puedas usa productos de temporada y trata de elaborar tus propias comidas para evitar en lo posible conservantes, así como alimentos pre-cocinados que en el mejor de los casos pueden haber perdido propiedades por el paso del tiempo o la forma de preparación. Además, los alimentos frescos tienen más nutrientes, se saborean más y sacian antes, con lo cual, con menos comida te llenas antes de energía y salud.

Siguiendo con proverbios, hay quien dice que "somos lo que comemos" y también quien dice que "somos lo que pensamos". "Piensa bien y vivirás mejor" es una manera de simplificar el hecho demostrado de que nuestros pensamientos afectan a nuestro modo de desenvolvernos en nuestra realidad. Según los mensajes que nos enviamos a nosotros mismos, así generamos unas determinadas emociones y en general actitudes con sus respuestas que se reflejan en comportamientos diferentes según el tipo de ideas que asumimos como filosofía de vida o que elaboramos como conclusiones derivadas de los sucesos que vivimos. Lo que creemos afecta a nuestros sentimientos y conductas y es muy importante que nuestro lenguaje interior sea constructivo y no al revés. Tener pensamientos ponderados, templados, realistas ayuda bastante, mucho más que ideas bonitas o superpositivas  que si no se asientan en alguna base real pueden hacernos volcar nuestro optimismo a la primera de cambio. Ya se sabe que la verdad es la mejor medicina y la verdad no suele ser radical ni extremada. La realidad, como la buena música, está llena de matices, de diferentes sonidos y timbres que si se aceptan pueden llegar a componer una buen armonía, al igual que una buena pieza interpretada por una orquesta, una buena receta culinaria que combine bien lo dulce y lo amargo o una buena pintura con sus colores, sus luces y sus sombras. Saber contar las cosas buenas que hay en tu vida, aceptando las carencias pero sin exagerar ni dramatizar puede ayudarte a disfrutar sencillamente de una serena alegría y cierta sensación de paz, fundamental para mantener un sistema inmunológico sano y menos alterado.



Las circunstancias que enmarcan lo que vivimos tienen alguna influencia en lo que pensamos y sentimos, sobre todo si nuestra mente no ha madurado lo suficiente o si los acontecimientos estresantes son numerosos, muy intensos y se producen muy de seguido. Es más fácil elegir como cuidamos nuestro cuerpo y nuestra mente que sobre elementos del entorno que no siempre están bajo nuestro control. Cuidar bien de aquellas fortalezas internas que tenemos puede contrarrestar la parte más negativa de un posible ambiente opresivo o enrarecido. Y buscar un cambio de ambiente también  te puede ayudar a volver a  sentir con fuerza que estas llen@ de vida.



Espero y deseo que la música ponga un pequeño granito de arena para crear una atmósfera relajada o divertida y que el tiempo te ayude a encontrar tu momento y tu lugar para florecer en la mejor de las circunstancias. Existen semillas que para germinar y despertar la vida latente que hay en ellas tienen que pasar por periodos de calor y de frío y de ese modo poder romper su cáscara. Espero que sepas aguantar el tirón de los momentos más duros y que más tarde o más temprano llegue para ti la primavera y descubras, si no lo has hecho ya... que te sientes bien, sobre todo contigo mism@: con tu físico y con tu alma. Deseo que te des cuenta de que eres una persona digna de ser amada y respetada y que creas en el lado bueno de la vida y en las cualidades que hay dentro de ti, así como en todo lo bueno y lindo que hay en este mundo, por lo que vale la pena levantarse, por lo que vale la pena vivir y seguir luchando día a día, paso a paso. Más tarde o más temprano el tiempo y tu tesón te ayudarán a hacer realidad tus sueños para que tu particular cuento de hadas se haga realidad y el mundo reconozca lo que vales y lo que llevas dentro. Aunque parezca increíble, si te atreves a ceder ante lo que es mejor retirarse a tiempo pero sin rendirte ante lo que no debes renunciar bajo ningún concepto, escuchando a tu mente y pensando con el corazón, llegará el día en el que todo lo dulce y todo lo amargo, los claros y los oscuros, los tonos más graves y los más altos se armonizarán y todo cobrará sentido, todo te habrá servido de aprendizaje y entonces tu alma bailará y cantará en pie, radiante y agradecida por todo lo recorrido y por todo lo que queda por andar...

 

Y hablando de reconocimiento y de encontrar el lugar y el momento, estoy seguro de que muchas personas  que están satisfechas con su trabajo y con su labor en la vida, a pesar de las dificultades y contrariedades que las condiciones difíciles conllevan y que no van buscando el aplauso, sí agradecerían al menos un respeto al esfuerzo que unos y otros estamos intentando hacer para sacar adelante el futuro de esta civilización en los tiempos en los que nos ha tocado vivir. Sanitarios, personal de limpieza, servicios sociales, servicios socio-sanitarios en residencias, centros de acogida, albergues para personas sin hogar, vendedores de supermercados, mercados, ultramarinos..., fuerzas de seguridad, personas mayores, abuelos y padres que han luchado y luchan para sacar adelante a las generaciones posteriores y todas las personas que se esfuerzan por cuidar o servir a los demás de un modo u otro no necesitan palmas, necesitan personas que usen su cabeza y su corazón para tener responsabilidad, usar las mascarillas, guardar la distancia y no emborracharse hasta  perder la noción de lo que está pasando a su alrededor en estos momentos. Si bebes alcohol hasta el punto de no poder recoger los residuos que dejas tirados, aunque volvieras a la mañana siguiente a recogerlos, lo que das a entender es que si tu embriaguez no te permite limpiar tu botellón cuando terminas, lo más seguro es que los vapores del alcohol y tu falta de solidaridad tampoco te habrán permitido permanecer consciente de las medidas de seguridad sanitaria ya por todos más que consabidas... con el peligro que eso supone sobre todo para la salud pública, en tiempos de P A N D E M I A, por si alguien aún no se lo cree o no se ha enterado.  El contagio de esta enfermedad puede suponer daños en el aparato respiratorio e incluso la muerte, como se supone que todos sabemos. Pero es que además, puede dejar huella en tu organismo por tiempo indefinido, creándote asma, hipertensión arterial, trombos, ictus... ¿De verdad hace falta que un juez nos ordene lo que debería nacer de nosotros y lo que es simplemente de sentido común, de amor propio y de respeto a los demás?  Esta será la mejor manera de seguir adelante, por nosotros y por los que merecen la oportunidad de un mañana mejor.

 

 ¿Te parece mal saludar con el codo o ponerte una máscara?  Estos mínimos detalles son formas de respetar a las gente con la que coincides... ¿quién sabe? a lo mejor alguna de las personas que prestan un servicio a los demás y que se están esforzando por curar, cuidar, alimentar, ... a los que que forman parte de nuestra sociedad... a lo mejor algún enfermero, profesor, educador, trabajador social, policía o dependiente de supermercado es un familiar, amigo o conocido tuyo, y está luchando desde su puesto para que nadie se quede tirado en esta carrera contra la enfermedad, pero también contra la irresponsabilidad y la ignorancia. Por todos ellos, o al menos por tus mayores, gracias a los que hoy vives y respiras, antes de perder la noción de la realidad y de bajar la guardia, aguanta un poco y ponte, al menos, una máscara.

 

Hoy, por tanto como han dado y por todo lo que ofrecerán, quiero reconocer el esfuerzo y la entrega de todas las personas de buena voluntad de este país y de este mundo, sin olvidarme, ya que esta es una página de música, de los artistas, todos y cada uno de ellos. Mi agradecimiento a todos los músicos que nos entretienen y motivan y también a las personas que, respetando  los derechos de autor, crean hermosas historias combinando escenas y melodías para conmover e inspirar a través del arte. A mí me gusta apoyar mis palabras con canciones y vídeos relacionados con los temas sobre los que me gusta pensar y con los que me encanta emocionarme. En un día como hoy, en el que quiero poner  en valor la  salud,  como estado físico pero también como bienestar emocional y satisfacción personal, me parece muy interesante mostraros este breve pero significativo vídeo del canal de youtube de ErisLeFay, detrás del que hay una generosa persona que ofrece una mezcla de la ilusión, el amor, el mito y la fantasía de las películas junto con hermosas canciones. A veces, por un tiempo, algunas personas se parecen un poco a la cenicienta,  bajo cuya sucia vestimenta había una persona llena de dignidad. Te recomiendo que no pierdas de vista este canal y que lo apoyes suscribiéndote con tan solo un click o pulsando tu pantalla desde youtube.

 


Lo sepa el mundo o no, conocid@ o desconocid@ tú siempre serás ALGUIEN, un ser lleno de vida y vida humana. Mientras tanto, cuídate muchísimo y no dejes de cantarle cada día al gran regalo de la vida.

Evaristo ÐGabriel

















Publicado por Evaristo DGabriel en 14:35 No hay comentarios:
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